La fabada le ha ganado la batalla al «Almax». Los laboratorios Almirall han decidido retirar la campaña publicitaria en la que relacionaban el consumo del plato tradicional asturiano con problemas de acidez estomacal. «La campaña se realizó con la mejor intención y para nada pretendíamos ofender a nadie. Todo lo contrario, el objetivo era poner en valor la gastronomía asturiana. Sentimos que haya colectivos que se hayan sentido ofendidos y no tenemos ningún problema en retirar la publicidad», subrayan desde el área de comunicación de la empresa a La Nueva España, periódico de Prensa Ibérica.
La decisión llega tras las numerosos críticas que durante el día de ayer realizaron diversos colectivos y entidades regionales, a las que se sumó a través de las redes sociales. Tanto la patronal turística Otea como la Cofradía Gastronómica de Amigos de les fabes del Principado y el Ayuntamiento de Villaviciosa escribieron a los laboratorios para que procediesen a la retirada de los anuncios al considerar que afectaban «negativamente a la imagen del referente gastronómico por excelencia de Asturias, la fabada, con asociaciones de ideas carentes de rigor, recurriendo a una simplificación que no tiene en la actualidad base alguna».
En el escrito enviado por el Consistorio maliayés a los laboratorios se insistía en que «no cabe duda de que la fabada asturiana es uno de nuestros recursos turísticos tradicionales, y por el cual los turistas nos conocen y visitan. Por ello, no podemos más que trasladarles nuestro profundo malestar por la campaña publicitaria emprendida. Como es conocido, la fabada asturiana es nuestro referente gastronómico por excelencia, digno de respeto y protección. A mayores, dispone de una garantía de calidad, la IGP Faba Asturiana, creada en 1990 al objeto de preservar esta legumbre, controlando su plantación y certificando no sólo su procedencia sino también su tamaño y calidad».
Por todo ello, añadían, «queremos dejar constancia del perjuicio que su campaña pudiera causar a los sectores económicos concernidos, y a instituciones como las que representamos, y en base a todo ello, les instamos a que procedan a la inmediata retirada de dicha campaña publicitaria. En caso contrario, nos reservamos cuantas medidas nos pudieran corresponder en la defensa de los intereses que representamos». Unas medidas que finalmente no tendrán que ser necesarias tras la decisión de la empresa de retirar la campaña.