Microsoft ha presentado este martes un nuevo acuerdo a los reguladores británicos para la adquisición de Activision Blizzard tras el rechazo de su propuesta inicial.
Así, el nuevo acuerdo sigue a la confirmación por parte de la Autoridad de Competencia y Mercados británica (CMA, por sus siglas en inglés) de que el acuerdo original será bloqueado «para proteger la innovación y la capacidad de elección en los juegos en la nube».
La presentación del nuevo acuerdo reestructurado por parte de Microsoft para su revisión desencadena una nueva investigación de Fase 1 por parte de la CMA, con un plazo de decisión hasta el 18 de octubre.
Según el acuerdo reestructurado, Microsoft no adquirirá los derechos en la nube de los juegos para PC y consolas de Activision existentes, ni de los nuevos juegos lanzados por Activision durante los próximos 15 años (esto excluye el Espacio Económico Europeo). En su lugar, estos derechos se cederán a Ubisoft Entertainment SA (Ubisoft) antes de que Microsoft adquiera Activision.
Microsoft ha declarado que el acuerdo reestructurado pretende abordar las preocupaciones expuestas en el informe final de la CMA de abril. En particular, la transacción tiene por objeto proporcionar a un proveedor de contenidos independiente, Ubisoft, la capacidad de suministrar contenidos de juegos de Activision a todos los proveedores de servicios de juegos en la nube (incluida la propia Microsoft). Ubisoft podrá conceder licencias de los contenidos de Activision con arreglo a distintos modelos de negocio, incluidos los servicios de suscripción. El acuerdo también propone que Ubisoft tenga la capacidad de exigir a Microsoft que proporcione versiones de juegos en sistemas operativos distintos de Windows.
«La CMA ha confirmado hoy que la adquisición de Activision por parte de Microsoft, tal como se propuso en un principio, no puede seguir adelante. Por otra parte, Microsoft ha notificado un acuerdo nuevo y reestructurado, que difiere sustancialmente del que se había puesto sobre la mesa anteriormente«, ha declarado Sarah Cardell, directora general de la CMA, según recoge el comunicado emitido por el organismo. «Esto no es una luz verde. Evaluaremos cuidadosa y objetivamente los detalles del acuerdo reestructurado y su impacto en la competencia», ha avisado.