Marta Riesco todo (o casi todo) lo cuenta. Y es por eso que ha querido hacerse eco público a través de sus activas redes sociales de una bonita e inesperada reconciliación que le ha puesto «la piel de gallina». Algo que ha ocurrido después de los terremotos sufridos por sus rupturas con Antonio David Flores y con Telecinco, la que fue su casa como reportera y de la que salió con evidentes tensiones.
El caso es que a Marta Riesco se le ve últimamente más animada gracias a su trabajo en Instagram, donde se mantiene especialmente activa y prácticamente a lo largo de todas las horas del día. Allí cuenta sus flechazos, sus andanzas, sus comidas, sus aventuras con amigas… Y ahora ha querido contar una emotiva reconciliación.
De la «pasión turca» a la «decepción turca», por Marta Riesco
Lo cierto es que la periodista y comunicadora está manteniendo a sus seguidores en vilo con ese flechazo que tuvo en una discoteca marbellí con quien ha denominado su «pasión turca». Un turista otomano de ojos azules por el que se sintió prendado en cuanto cruzaron sus miradas.
Marta Riesco le echó bemoles al asunto e intentó una aproximación. Algo de interés parecía haber, pero entre una y otra cosa la historia no ha terminado de cuajar, y eso que se volvieron a ver por una segunda vez en otro famoso local de ocio nocturno de Marbella. Pero el final de la historia se está alargando y Marta Riesco aún no ha dado carpetazo a su flechazo con la «pasión turca».
Su romance
Sálvame, Viva la Vida, Socialité, etc., no había programa que no estuviese acusándola de ‘mala profesional’ al cuestionar la veracidad de su baja médica, algo que dolió profundamente a la periodista.
»Por la noche, cuando dormían, me despertaba y cogía el teléfono del marido de mi madre para llamar a la persona de la que yo estaba enamorada. Él me había bloqueado y me había restringido las llamadas, así que buscaba cualquier otro teléfono para comunicarme con él. No me lo cogía», ha explicado la madrileña mientras confirmaba que no sabía nada de Flores y que eso era »su peor castigo».
La llegada de la prensa a su pueblo le causó un gran malestar emocional. Se sentía juzgada e incomprendida. En los titulares aparecía su nombre junto a las palabras »despechada», »amante», »cazafamosos», etc., algo que no podía soportar: »Solo quería meterme en la cama y no salir de allí nunca más, sufría mucho por mi familia. Pensaba que mi pareja me iba a dejar».
»Conmigo se sobrepasaron todos los límites. En la era del feminismo (…) fui señalada con la letra escarlata. Pero esta vez la vergüenza y la humillación pública iban hacia la persona acusada de “romper un idílico matrimonio”. (…) A pesar de que yo era la mujer libre, soltera y con una carrera de cinco años en uno de los programas más importantes de la cadena», ha explicado la ‘enemiga’ de Rocío Flores en el texto.