Los partidarios del principal líder de la oposición en Rusia, Alekséi Navalni, salieron este domingo a la calle, desde Australia hasta Europa, para exigir al Kremlin la liberación del bloguero anticorrupción, condenar la guerra y demandar firmeza a Occidente ante el régimen de Vladímir Putin. En España, la Asociación de los Rusos Libres, la principal organización opositora, convocó manifestaciones en las principales ciudades bajo el lema «Putin es un asesino«, a las que acudieron centenares de personas y en las que incluso se dejaron ver investigadores del Fondo contra la Corrupción (FBK), la oenegé fundada por el disidente y disuelta por los poderes públicos rusos.

«He venido para participar en la manifestación, pero también para trabajar; en España hay muchos corruptos rusos a los que les gusta el litoral de este país e intentan burlar las sanciones», explicó a El Periódico, de Prensa Ibérica, en la plaça Sant Jaume Georgui Alburov, uno de los dirigentes más destacados del movimiento, residente ahora en una república báltica. El activista ha recordado el caso de Yelena Isinbáyeva, la deportista y plusmarquista mundial de salto de pértiga, residente en la actualidad en un complejo urbanístico de lujo en Tenerife, pese al destacado papel político en apoyo de Vladímir Putin que ha llevado a cabo en los últimos años, pese a su condición de oficial militar y sobre todo, pese a sus comentarios en contra de la tolerancia hacia los homosexuales imperante en Europa.

El golf de Golikova

Alburov cito un caso más grave aún, el de Tatiana Golikova, viceprimera ministra para Temas Sociales en el Ejecutivo ruso. Golikova mantiene en Europa cinco villas, muchas de ellas cerca de Marbella, y un campo de golf abierto al público. «Publicamos una investigación hace un año y las autoridades españolas aún no han tomado una decisión; fíjese, cualquier español puede jugar al golf en una institución regentada por una criminal de guerra rusa», condenó Albúrov.

La manifestación de Barcelona transcurrió sin incidentes, aunque los participantes detectaron dos provocadores antes de iniciarse, lo que obligó a las fuerzas policiales a neutralizar a uno de los individuos. Los manifestantes desfilaron por el paseo de Gràcia, las Ramblas, donde fueron ovacionados por los turistas, y culminaron el acto frente al Palau de la Generalitat y el Ayuntamiento. Corearon lemas como «Putin asesino», «Putin terrorista», o «No a la guerra». Muchos de ellos portaban carteles con los nombres de los destacados opositores en la cárcel, Vladímir Kará Murzá o Ilia Yashin.

Horas antes, la oposición rusa llevó la protesta hasta el Foro Social del festival de reggae Rototom en Benicàssim (Castellón). Allí, en un acto en favor de la paz, algunos activistas abuchearon a la exdirectiva del canal oficial ruso RT Inna Afinogenova, a quien recriminaron su trayectoria como propagandista y su trabajo en el que defendía narrativas que permitieron al Kremlin justificar la guerra, como que Ucrania está repleta de «nazis». Los activistas, al comprobar que no se les concedía la palabra, le gritaron «tu no eres una pacifista, eres una propagandista«. Ésta, alterada, acusó a los activistas de «fachos» y de estar financiados por instituciones espureas, y amenazó con recurrir a los tribunales.