El domingo justo después de su brillante debut en Broadway, Antonio Díaz (Badia del Vallès, 1986) tenía la sensación de haber tocado el cielo. Esta mañana, tras los aplausos cosechados y las alabanzas que ha recibido su talento por la crítica, ha tenido mil reuniones. Los grandes grupos de teatros de Brodway le persiguen. No quieren que se vaya pero él admite que lo que ahora más necesita es parar y plantear su próximo paso profesional. Una nueva gesta para el rey de lo imposible.
Ayer decía sentirse como en la película ‘El show de Truman’. ¿Y hoy?
Estoy en una nube. Llegé hace tres meses a EEUU con la sensación de que nadie me conocía y el miedo de no vender ninguna entrada o sólo al público hispano. Sabía que sería muy difícil. Pero en Branson el espectáculo tuvo un éxito sin precedentes. En Nueva York vamos al ‘Today show’ de la NBC y el juego que monté en la calle ha tenido una trascendencia enorme. Casi 200 millones de personas lo han visto en redes sociales, ¡una barbaridad!
Si algo me asustaba era la posibilidad de quedarme trabado con el idioma. Hace tres meses mi inglés era terrible
Mejor promoción, imposible.
Al día siguiente de aquello vendimos más entradas que ningún musical de Broadway. Me parece surrealista porque estamos en la mejor liga compitiendo con ‘Hamilton’ y ‘El rey león’. Ir por la calle y que la gente de Nueva York te pare para pedirte fotos o autógrafos es alucinante. ¡Si acabo de aterrizar aquí! Por eso pienso que estoy en el ‘El show de Truman’.
La noche del estreno se emocionó. ¿Qué paso por su mente?
Recordé a mi familia, a mi padre que ha fallecido este año y mi madre, que no ha podido venir. A mis hermanos… Y recordé todos los esfuerzos que he tenido que hacer para estar aquí. Dejarlo todo de lado para dedicarme a esto, sobre todo estos últimos días, de mucho esfuerzo y sacrificio. Ni en mis mejores sueños hubiera imaginado tal noche de estreno en Broadway.
Sería altísimo el nivel de nervios.
En el Institut del Teatre aprendí que hay un punto máximo de nervios. Y es el mismo si actúas en la Mostra de Igualada, en la pruebas de acceso al Institut o en tu debut en Broadway. Ayer estaba nervioso pero más que por el espectáculo, por el inglés. Hace tres meses mi inglés era terrible. Sigue sin ser muy bueno pero suficiente para hacer el espectáculo. Si algo me asustaba era la posibilidad de quedarme trabado con el idioma.
Ahora necesito descansar. Quiero volver a Barcelona e ir al Masnou a comerme un arroz. Este año he perdido a mi padre y quiero pasar las Navidades en casa con la familia
¿Sorprendido con las críticas? En Broadway nadie discute su talento pero sí se han fijado en otras cosas.
El productor del Barrimore Theater me pidió que no me fijara en ellas porque lo importante, el que manda, es el público y su reacción fue espectacular. Pero son aspectos que me preocupan. Pero las críticas, entre ellas las del New York Times, son muy positivas. Aquí todo tiene a la mejor gente del mundo en sus obras, nosotros hemos aterrizado con una producción propia hecha en Barcelona. No me esperaba que se reconociera nuestro trabajo. Pensaba que serían más contundentes porque también soy consciente que hay que mejorar muchas cosas.
Algunos encuentran que hay demasiado autobombo y publicidad. ¿Lo comparte?
Totalmente de acuerdo. Es algo a mejorar. Pero cuando vienes de lejos tienes que hacer ruido, sobre todo en los Estados Unidos. A nivel de marca ha sido una estrategia de márketing y ojalá no haya que volver a recurrir a ella cuando vuelva la próxima vez.
Nunca pensé que triunfaría así el primer año. Pensaba que sería cola de león y no cabeza de león
¿Hasta qué punto es importante el dinero en un espectáculo de magia?
Te ayuda a hacer grandes montajes. Pero yo he ido solo siempre, empezando desde cero, sin ayuda de inversores. Ahora poder contar con ellos es algo que todavía no tengo claro si me interesa. Si puedo continuar solo, como hasta ahora, lo preferiría. La libertad es algo que no tiene precio. Y no me refiero solo a la creativa, también a la personal, a esa que me permite escoger, si quiero, ir ahora a Barcelona cuando acabe las funciones que estaban previstas.
Ha estado pocos días, menos de dos semanas, ¿suficiente para hacer caja?
Los costes y el riesgo de venir aquí han sido enormes. Yo venía a Broadway dispuesto a perder mucho dinero, al final hasta ganaré. ¡Ha sido una barbaridad! Nos dicen que viene mucha gente que nunca viene a Broadway. Y han venido muchos catalanes también. Me están apoyando un montón.
¿Qué pasará con Branson ahora que ha triunfado en NY?
No lo sé. Pensaba que me llevaría más tiempo. Nunca pensé que triunfaría así el primer año. Pensaba que sería cola de león y no cabeza de león. Tenía un plan a largo plazo, ahora todo está cambiando. Veremos qué hacemos. He tenido que decir a mi abogado que no firme nada. Hay muchos grupos inversores interesados pero no me quiero precipitar. Además, necesito descansar. Quiero volver a Barcelona e ir al Masnou a comerme un arroz. En octubre quiero estar actuando en mi ciudad. Me hace mucha ilusión. Además este año he perdido a mi padre y quiero pasar las Navidades en casa con la familia.
¿Es diferente el público de Nueva York?
Es más ruidoso, le va el rock&roll. El de Barcelona nunca te regala nada y es muy entendido en teatro. Es perfecto para entrenarte.
La reacción fue impresionante: todo el mundo acabó aplaudiéndole en pie.
Estoy muy sorprendido con la reacción del público porque aquí están los mejores espectáculos teatrales y el público es exigente. Ver que están entregados y que se ríen con tus bromas es brutal. Nunca me hubiera reacción igual ni tanto interés por parte de los inversores teatrales de aquí. Es increíble.
¿Cuándo volverá a Broadway?
En octubre seguro, porque me dan el premio Hola Awards que da la Organización Hispánica de Artistas Latinos. Entonces miraré de encajar una actuación en el programa de Jimmy Fallon. Me gustaría hacer algo especial. También nos han invitado a ‘Good Morning América’.
¿Cómo reaccionó la primera vez que vio su imagen en Times Square, con todos los grandes shows de Broadway?
Lo que más me gustó es verme en la marquesina del teatro. Fue el 26 de julio. Hasta entonces no me creí que estaría aquí porque los contratos tienen mucha letra pequeña.
Y a partir de este sueño. ¿Qué le falta por conseguir?
Están pasando muchas cosas en poco tiempo, se avecinan días intensos y habrá que tomar decisiones. Mi sueño es ser uno de los magos de referencia a nivel mundial y ojalá, de la historia como lograron Copperfield y Houdini. Y Estados Unidos es el país para conseguirlo. Si quieres triunfar en el showbusiness has de estar aquí. En el futuro me gustaría estar dos meses en Barcelona, el Teatre Victòria es un proyecto de vida, y unos siete u ocho en América.