«No sé hasta dónde llegaré en el mundo del fútbol pero quiero luchar para llegar muy lejos». Era noviembre del año 2009 y Mariona Caldentey, de 13 años, posaba sonriente sentada en el césped con la camiseta del Cide infantil. Hoy ha disputado, y ganado, la final de Mundial femenino. Sueño cumplido en su segunda aparición en el Campeonato (disputó el de 2019, con 23 años) para una futbolista mallorquina que es una ‘estrella silenciosa’ para sus compañeras: hábil con el balón, inteligente tácticamente, es un apoyo constante para sus compañeras y no regatea esfuerzos en defensa.
La joven Mariona era protagonista de la sección ‘Promesas’ del suplemento de Deporte Balear de Diario de Mallorca, en una entrevista a Jaume Vallés por su convocatoria con la selcción sub-16 de Balears. Desde entonces, su carrera futbolística ha sido un continua línea ascendente, siendo convocada para las diferentes selecciones españolas de categoría base, hasta debutar con la absoluta cuando ya era jugadora del Barça.
Más allá del fútbol, en el que muchas de sus compañeras la consideran una estrella que no tiene el reconocimiento debido, Mariona Caldentey es licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF, como se conocía hace años) y toca el piano, como se puede comprobar en sus redes sociales.
Maria Francisca Caldentey (Felanitx, marzo de 1996) se empeñó en jugar al fútbol a los cinco años. De todas las actividades extraescolares que podía elegir, decidió pegarle patadas al balón. De le escoleta al equipo de fútbol sala del Felanitx, con el que ganó su primer título a los seis años, el Campeonato de Espana prebenjamín, siendo la única niña del equipo.
Desde los nueve hasta los 12 años, alternó el fútbol sala en Manacor con el fútbol en Felanitx. La colección de títulos aumentó, al tiempo que sus notas escolares nunca se resintieron. Inteligente fuera y dentro campo, en alevines la llamó el Cide y firmó por el conjunto colegial, militando en su infantil A. Y de allí, al Collerense, para jugar por primera vez en un equipo completamente femenino y dejar de ser la única chica de la plantilla.
Las lesiones, su ‘debilidad’
Fue en el equipo palmesano en donde Mariona Caldentey se topó por primera vez con su única ‘debilidad’, las lesiones. Aunque siempre ha regresado con fuerza, le han impedido destacar más y le han apartado de los focos en diferentes momentos. Ese aprendizaje en el Collerense tuvieron su premio con el fichaje por el Barça, en 2014, cumpliendo así su sueño y también el de su padre, fallecido en 2018 y uno de los fundadores de la Penya Blaugrana Els Tamarells.
Con las azulgrana comenzó su ascensión en la elite. Campeona de Liga esa misma temporada, con lesión incluida que casi le impide disputar el Europeo sub-19 de 2015, en donde repitió el subcampeonato logrado en 2014. Su trayectoria en el Barça está jalonada de títulos: 5 títulos de Liga, 4 Copas de la Reina, 3 Supercopas de España y dos Champions League. Y ahora suma un título Mundial, que también ha conseguido otra mallorquina Cata Coll.
Una vitrina que ha podido ampliar en Australia, tras ganar España en la final a Inglaterra (1-0) en un partido en el que la de Felanitx ha sido decisiva, asistiendo a Olga Carmona en el 1-0, teniendo en sus botas el 2-0 con un disparo desde fuera del área y provocando un penalti, fallado por Jennifer Hermoso, en una internada en el área. Una actuación, de nuevo, decisiva en la final de un Mundial al que acudió casi por sorpresa, tras decidir volver después de formar parte de las ‘quince’ que renunciaron a la selección el año pasado.