El Casademont Zaragoza ha hecho oficial este sábado el regreso a la estructura del club de Rodrigo San Miguel, que esta misma semana ha anunciado su retirada como jugador profesional después de 21 años de trayectoria, 17 en la ACB. El zaragozano cierra así el círculo, ya que su andadura profesional comenzó precisamente en un recién nacido Basket Zaragoza 2002 hace 21 años. La última temporada ha jugado en el San Pablo Burgos de LEB Oro.
Tal y como explica el propio club, San Miguel» desempeñará una nueva función sirviendo de apoyo diario a los jugadores, compartiendo su experiencia con los más jóvenes y contribuyendo a la adaptación de aquellos que llegan por primera vez a la liga, a nuestra ciudad, y que reúnan ambas condiciones». Además, «San Miguel también contribuirá a la formación de los más jóvenes a través de la Fundación y, junto a Javier Justiz, será embajador de nuestro club».
El zaragozano anunció su retirada el pasado lunes y este viernes tuvo un acto de despedida en la pista central del pabellón Príncipe Felipe organizad por el propio Casademont. Durante estos días han sido numerosas las muestras de afecto y respeto que el mundo del baloncesto han mostrado por el exjugador, que ha forjado su carrera a base de trabajo y constancia, dejando su huella personal en todos los vestuarios por los que ha pasado.
San Miguel, formado en el Doctor Azúa, llegó al Casademont Zaragoza, entonces CAI, en el momento de su fundación y llevó la bandera del baloncesto aragonés por toda España en un momento difícil, de transición, en el basket de élite de la comunidad. El zaragozano pasó por Valladolid, Manresa, Murcia, Valencia y Tenerife, con quien conquistó la Champions y la intercontinental, y llegó a ser internacional absoluto. Los caminos del base y del Casademont no pudieron volver a juntarse hasta 2019, cuando regresó a jugar a casa. Lo hizo durante tres temporadas, alcanzando así un total de 517 partidos en la Liga Endesa.
El verano pasado el Casademont Zaragoza decidió no renovar su contrato como jugador pero ya le ofreció un puesto dentro del club. Sin embargo, San Miguel apostó por seguir jugando y aceptó la oferta del San Pablo Burgos. Ahora, aunque él mismo asegura tener todavía baloncesto dentro, ha decidido cerrar el capítulo más importante de sus 38 años de vida y comenzar uno nuevo. Seguirá ligado al baloncesto, como no podía ser de otra manera, y estará en casa, en su casa, en su club. En el Casademont Zaragoza.