El ferrocarril fue fundamental para la creación de la idea moderna de Europa en el siglo XIX, según el historiador Orlando Figes. El ferrocarril también podría ser crucial para la Europa del siglo XXI, marcada por el cambio climático. Algo de esta idea debió influir en la decisión de Jon Worth de subirse al tren, en el verano de 2022, con el objetivo de explorar todas las fronteras europeas dotadas de vías férreas.
Este politólogo británico afincado en Berlín trabajó durante años como consultor en asuntos europeos, especializándose en el Brexit. «Decidí cambiar de tema cuando [Boris] Johnson ganó las elecciones en 2019: el asunto se había convertido en algo demasiado deprimente», explica.
Entonces, se fijó en un problema muy práctico con el cual se había encontrado en esos años. Por trabajo necesitaba viajar a menudo y siempre buscaba la opción de hacerlo en tren, para evitar las emisiones asociadas con el avión. Pero se topaba con dificultades constantes. Entonces, decidió que solucionar eso sería su misión.
Worth, que también enseña comunicación política en el Colegio de Europa en Brujas, está curtido en las hazañas difíciles. En 2008, fue uno de los impulsores de una famosa campaña en respuesta a la propaganda evangelista, que colgó en los autobuses de Londres un anuncio que rezaba: ‘Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida’.
Worth acaba de anunciar que se presentará a las elecciones europeas con el Partido Verde alemán, pero su proyecto #CrossBorderRail fue una iniciativa personal, independiente de esa formación política.
Con bicicleta plegable
En 2022, el activista recorrió en diversos viajes más de 30.000 kilómetros, subiendo a casi 200 trenes y cruzando 95 conexiones fronterizas dotadas de vías férreas. Aquellas en las cuales ya no corren trenes, las cruzó con una bicicleta plegable que llevó consigo.
Gracias a ella, también acudió a diversos eventos, encuentros y debates organizados a lo largo del recorrido. Cada vez que se topaba con un problema, le enviaba una postal a la comisaria europea de transporte, Adina Vălean.
El resultado más destacado del proyecto fue un mapa de 20 puntos en los cuales se podrían llevar a cabo mejoras inmediatamente, sin apenas costes.
«Tras tantas veces quedándome bloqueado en las fronteras europeas, por culpa de horarios absurdos y trenes no fiables, entendí que hay que mirar el asunto desde el punto de vista de los pasajeros, y no tanto de las empresas y de los fabricantes», concluye Worth.