El control de plagas y otras amenazas para los cultivos puede realizarse perfectamente con especies silvestres y sin necesidad de productos químicos. Aves insectívoras, murciélagos y pequeñas rapaces son la mejor garantía para mantener a raya los roedores, mosquitos, gorgojos y polillas. Técnicos de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) han instalado durante los últimos meses casi 300 refugios artificiales y cajas-nido en la cuenca del Segura de la región de Murcia, en el marco del proyecto Fluviatilis.
La iniciativa pretende aplicar soluciones basadas en la naturaleza para mejorar la gestión de plagas en arrozales, huertos y choperas, así como reducir la presencia de insectos molestos o peligrosos para la salud pública (mosquitos y otros dípteros).
Con la colocación de refugios se pretende favorecer la presencia de diferentes vertebrados ligados a los ambientes ribereños, de forma que la sociedad obtenga servicios ecosistémicos (control de plagas) y evite así la necesidad de productos fitosanitarios.
Para ello, según informa ANSE en un comunicado, se han distribuido hasta la fecha 270 cajas para las siguientes especies: 27 cajas-nido para carraca, abubilla o autillo; 6 para agateador europeo, 56 para carbonero común, 28 para herrerillo común, 5 para cárabo, 3 para mochuelo y 145 refugios artificiales de diferentes modelos para murciélagos.
A día de hoy, algunas de estas cajas han sido ya utilizadas para la nidificación por las aves objetivo y como refugio por numerosos murciélagos.
Un murciélago devora hasta 3.000 mosquitos por noche
ANSE recuerda que los murciélagos son un eficaz medio de combate contra las polillas, mosquitos y el barrenador del arroz. Una sola hembra durante la lactancia es capaz de consumir entre 1.000 y 3.000 mosquitos por noche.
Por su parte, una lechuza en época de cría es capaz de comer entre 1 y 3 roedores por noche, por lo que tener una pareja de lechuzas criando en una finca agrícola podría traducirse en la caza de 16-18 roedores por noche.
Las pequeñas aves insectívoras (carbonero, herrerillo, agateador) son grandes consumidoras de orugas, pulgones y gorgojos. Una pareja de aves insectívoras consume 50.000 orugas en cada temporada de cría, recuerda la asociación.
Colaboración de agricultores y regantes
Las cajas se han instalado en las riberas y cultivos próximos de los ríos Segura y Mundo, en el tramo comprendido entre los embalses del Cenajo y Camarillas, y el Espacio Natural Protegido del Cañón de los Almadenes (Región de Murcia).
La medida se ha puesto en marcha con la participación de agricultores y propietarios de fincas de la zona de actuación, así como con la colaboración del Consejo Regulador de la Denominación de Origen ‘Arroz de Calasparra’, la Confederación Hidrográfica del Segura, la Comunidad de Regantes ‘El Esparragal’, la Fundación Santuario de la Esperanza y el Ayuntamiento de Calasparra. También ha sido decisiva la implicación de voluntarios y escolares en la construcción de algunos refugios.
“Como medida de compra verde, las cajas han sido producidas por carpinteros locales que han empleado madera certificada procedente de explotaciones españolas”, señala la entidad ecologista.
El proyecto Fluviatilis comenzó en septiembre de 2022 con el objeto de aumentar la resiliencia de los ríos frente al cambio climático a través de la custodia fluvial, la conservación y la rehabilitación de los ecosistemas riparios.
El proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.
……
Contacto de la sección de Medio Ambiente: [email protected]