El taxímetro ya está corriendo. La política española entra en un nuevo tiempo. La Mesa del Congreso fue la primera parada de un camino pedregoso que desemboca en el Palacio de la Moncloa. Las negociaciones preliminares a la sesión constitutiva de las Cortes nada tendrán que ver con las exigencias de cara a la investidura. Los socios de Pedro Sánchez son conscientes y desde el primer minuto avisaron. “Esto es sólo un acuerdo de hoy”, advertían desde ambas facciones del independentismo catalán. Los socialistas “tendrán que sudar” para seducir tanto a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) como a Junts, que ya establecen como “línea roja” de las futuras conversaciones una Ley de Amnistía. Entre tanto, desde EH Bildu avalan los primeros pasos del jefe del Ejecutivo en esta recién inaugurada legislatura, pero se antojan insuficientes para articular una mayoría en términos de conformación de Gobierno.
Apenas han pasado 24 horas desde la sesión constitutiva de las Cortes. Un pleno que evidenció las grietas en la derecha, con un Alberto Núñez Feijóo cada vez más aislado. El líder del Partido Popular recibió una fuerte estocada de sus socios de Vox, abandonando a su candidata a presidir la Mesa de las Cortes sin tener constancia de ello hasta que Cristina Narbona pronunciara en alto el nombre de Ignacio Gil Lázaro. Portazo de la ultraderecha por sorpresa, que no evita sin embargo el enésimo ‘no’ del Partido Nacionalista Vasco a los conservadores al entender que no existe alternativa sin los de Abascal, con quienes los jeltzales no quieren ir ni a la vuelta de la esquina. Aislamiento y minipunto para un Sánchez que no sólo vuelve a resistir si no que sale reforzado tras atraer al sendero socialista tanto a ERC como a Junts.
Pero la victoria y más en un momento de inicio de legislatura, con todo por hacer, es efímera. Sus aliados parlamentarios ya se encargaron de dejarlo cristalino desde el primer momento. El apoyo para la Mesa no implica necesariamente un ‘sí’ para investir a Sánchez. Todo lo contrario. Republicanos, convergentes y abertzales lo verbalizaron en público una y otra vez. El acuerdo “es sólo para hoy”. Ni más ni menos. Hoja en blanco y a retomar los contactos. Todo ello mientras se conforman los grupos parlamentarios y los diferentes líderes desfilen por el Palacio de la Zarzuela en la toma de temperatura de Felipe VI; momento previo a la designación de un candidato a la Presidencia del Gobierno.
Escalada inflacionaria
Las advertencias del sector independentista ya son una realidad. El precio ha subido. Conseguidas las demandas iniciales, el precio ya ha se ha disparado. El apoyo en la investidura no será gratis ni asequible o, en su defecto, fácilmente asumible. La parlamentaria y portavoz de las negociaciones de ERC, Teresa Jordà, ha puesto la primera línea roja al Partido Socialista. Sánchez, como ya avanzó Rufián desde la sala de prensa del Congreso de los Diputados, tendrá que “sudar” para amarrar el apoyo de su grupo. El líder del PSOE no será presidente sin una ley de amnistía. Es la principal condición que han marcado los republicanos, junto con la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña con garantías, así como la asunción de las competencias de Rodalies por parte de la Generalitat.
“Defenderemos una ley de amnistía pensando en todos los represaliados en la causa contra el independentismo”, ha manifestado Jordà ante los micrófonos de Rac1 este viernes, haciendo valer la “fuerza negociadora” de la formación republicana. “Es una de nuestras líneas rojas”, ha precisado la portavoz de ERC en el proceso negociador, matizando que este texto debe extenderse también a los agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad procesados por las actuaciones policiales del 1 de Octubre.
Patxi López: «Desjudicializar significa que la política sea la que resuelva los problemas políticos y no derivar todo hacia la Justicia»
No obstante, los republicanos han apelado a Junts en la creación de un “frente común” vigorizado que obligue a los socialistas a ceder a las exigencias del independentismo. Jordà ha manifestado que la relación con los posconvergentes es “fluida”, confirmando que existieron conversaciones “tras las elecciones municipales” y certificando que a día de hoy “también las hay”. La diputada de ERC, amplificando el mensaje de Oriol Junqueras, insiste en que su grupo está “arrastrando” al PSOE a la negociación de una vía de escape al conflicto entre Cataluña y el Estado, aunque admite que no están plenamente satisfechos con los acuerdos; a pesar de que ello no implica que entre sus colegas en el Congreso abunden las ganas de negociar por “hacer avanzar el país y nuestra causa”.
No obstante, la amnistía es una frontera que en Ferraz no están por la labor de traspasar. El portavoz parlamentario del Grupo Socialista lo sugirió este pasado jueves, negando que esta promesa capitalizara las conversaciones. Tampoco lo hará, advirtió Patxi López en los pasillos de la Cámara Baja, desgranando que el compromiso de “desjudicialización” del proceso soberanista tan solo se limita a evitar que el conflicto con Cataluña regrese a los tribunales. “Desjudicializar significa que la política sea la que resuelva los problemas políticos y no derivar todo hacia la Justicia”, remachó.
Avances, pero “insuficientes”
La segunda derivada de las negociaciones se sitúa sobre Euskadi. EH Bildu, colaborador acérrimo de los republicanos, han puesto en valor los pasos que tanto PSOE como Sumar han dado en el arranque de la legislatura. Un avance, sí, pero “insuficiente” a ojos de los abertzales, que aún demandan más ambición a los socialistas. Oskar Matute ha recordado este viernes que su formación no puso condiciones para apoyar a Francina Armengol, subrayando que el objetivo primordial pasa por contener la ola reaccionaria de Partido Popular y Vox. Entendieron que era una posición necesaria para progresar en el camino hacia la reedición de una Administración progresista.
Matute (Bildu): «Tiene que ser audaz y tiene que ser valiente; y al final, si no lo es, pues gobernarán las derechas»
No obstante, esta suerte de ejercicio de magnanimidad de Bildu no implica que, llegado el momento de negociar el apoyo para conformar Gobierno, no planteen sus “exigencias” a las dos principales fuerzas de gobierno. Así, los abertzales se mostrarán rígidos y severos para “incluir y empujar” en la toma de decisiones que afecten a la ciudadanía de “Euskal Herria” con el fin de que éstas repercutan en “mayores derechos y libertades individuales y colectivos”.
Toque a ERC
En cualquier caso, en EH Bildu saludan el acercamiento de Junts y PSOE con optimismo, pero remarcan que tan solo es una primera piedra de toque. Un paso en la “buena dirección” hacia un escenario que posibilite la investidura de Sánchez, pero el momento político exige ahora que sea el Gobierno el que “sude la camiseta” y ponga toda la carne en el asador para “alcanzar acuerdos” con el independentismo catalán y vasco. “Tiene que ser audaz y tiene que ser valiente; y al final, si no lo es, pues gobernarán las derechas”, ha deslizado el parlamentario abertzale en una entrevista concedida a Onda Vasca.
Asimismo, desmarcándose del guion de sus socios republicanos, Matute aboga por poner en cuarentena la amnistía y centrar el tiro en la búsqueda de alternativas a la “persecución judicial” a los impulsores o participantes del 1O. La solución debe partir, de hecho, del “diálogo” y el diseño de soluciones desde la “política”. Un discurso que rima en consonante con el que mantiene el Partido Socialista, hasta el punto de que sugieren a ERC que no sean presas de la “palabra amnistía” a fin de evitar la “presión mediática, social, política y económica de las derechas”. El parlamentario de Bildu estima que obsesionarse con este vocablo da alas a que PP y Vox, en connivencia con sus satélites mediáticos, hagan de ella un casus belli y una “línea de fractura que impida” la audacia necesaria en el plano negociador. “Debemos centrarnos en superar todas las consecuencias duras y dolorosas que tuvo la aplicación del 155 para miles de personas en Cataluña”, ha rematado.
Optimismo en la izquierda
Los avisos desde el independentismo no relajan el ambiente de optimismo que se respira en el progresismo español. En el PSOE precisan prudencia, postura similar que han adoptado entre las filas de Sumar, sus principales aliados. La formación encabezada por Yolanda Díaz es consciente de la dificultad que entraña esta fase de la negociación, aunque no ocultan su ilusión. Según ha trasladado la portavoz de la marca fucsia, Marta Lois, percibe “voluntad” de las fuerzas nacionalistas por alcanzar un acuerdo.
Ni Sumar ni PSOE abordarán las negociaciones con “prisas”. Tampoco necesitan pisar el acelerador con firmeza, sabedores de que requerirá el “tiempo necesario” sin caer en “dilataciones” de plazos interesadas. “Ayer fue un paso muy honesto y lleno de valentía por parte de todas las formaciones políticas para recomponer la confianza y tender puentes”, ha señalado Lois, quien ha percutido en la idea de una España –y a la postre de un Congreso- “plurinacional”.