El Atlético de Madrid se quedó muy preocupado por el estado y el futuro de uno de sus más firmes valores de la cantera. El partido amistoso que disputaron hace unas semanas en la localidad de Briviesca el Burgos y el Alavés terminó con la gravísima lesión de Giuliano Simeone, canterano colchonero cedido en el cuadro vasco, tras recibir una dura entrada en el minuto 86.
Cuando el partido se encaminaba a su tramo final con 2-1 en el marcador a favor del conjunto burgalés, Simeone inició un contragolpe y fue frenado casi en la medular por José Joaquín Matos. Su pierna izquierda quedó enganchada por la brutal entrada y derivó en una fractura de peroné y una luxación de tobillo, que le obligaron a ser intervenido quirúrgicamente.
Para él, la temporada se acabó con dicha lesión. Por la crudeza de las imágenes, el asunto levantó mucho revuelo. También, obvio, por ser el hijo menor de Diego Simeone y por ser futbolista del Atlético de Madrid.
Aunque José Matos, el defensor del Burgos CF, se disculpó públicamente con el atacante, al que le deseó una pronta recuperación, hay un detalle que no ha cuadrado del todo en el Alavés.
Víctor Laguardia, histórico capitán del Alavés, habló con el medio Relevo y desveló una circunstancia que no deja en buen lugar al zaguero del cuadro burgalés, si es que aún no ha sido rectificada. «El otro día, Matos, el jugador que lesionó a Giuliano, puso un mensaje en redes sociales pidiendo perdón. Y luego hablo con Giuliano, le pregunto si le ha escrito o llamado y me dice que no. A día de hoy no lo sé, pero cuando pasó no le había escrito y ya había puesto el mensaje en Instagram. Son cosas que jamás voy a entender», señaló en este sentido.
El cuadro vasco pidió a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que actuase a cuenta de la durísima entrada que lesionó a su joven jugador.
LA DISCULPA DE MATOS
El jugador del Burgos se disculpó públicamente aunque, según Laguardia no en privado, lo que habría sido más lógico. «Lo siento de todo corazón, Giuliano. Sobra decir que, evidentemente, no es una entrada de manera intencionada, sino un lance del juego. Por mi experiencia jamás haría daño a ningún compañero de profesión’, escribe Matos, quien aseguró que estuvo «recibiendo muchas amenazas» que estaban «fuera de lugar». Amenazas que hicieron que dejase las redes sociales.
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